Testimonios


TESTIMONIO Caso 1:

María (nombre ficticio) se apersona para poner en conocimiento su problema familiar, manifiesta que son casi 10 años que vive con el padre de sus hijos, con quien convivió en un buen ambiente se entendían, se respetaban, se amaban, etc., ella siempre fue muy comprensiva, no le exigía nada, siempre trataba de facilitarle la vida, inclusive renunció a seguir trabajando para darle gusto a él; pero desde que llegó el hijo de él (de su anterior relación) a vivir con ellos, su vida se ha vuelto un calvario, dice: “me maltrata verbal y psicológicamente todo el tiempo, me rechaza, me habla como si fuera su enemiga, además siempre está de mal carácter, etc.” Indica también: “ya es insostenible la situación, me apena que nuestros hijos me vean tan humillada y rechazada, además a ellos (nuestros hijos) tampoco los acaricia, ni les presta atención, todo su cariño y su buen humor es sólo para su otro hijo, YA NO AGUANTO MÁS, si no me separo, creo que voy a enloquecer”, decía.

Continúa: “otra situación que me lastima mucho es que, injustamente, está atacando a mi familia, por el sólo hecho de que mi padre nos visita con frecuencia y algunos días le invito almuerzo, mi esposo me ha conminado a que le diga que YA NO VAYA MÁS, caso contrario él mismo se lo dirá, realmente me duele tanto”. “además cada vez que le reclamo algo me dice: “cómo cuando eras MI CHOLA no reclamabas nada (por el hecho de que cuando iniciamos nuestra relación, él estaba casado aún), pero él me engañó, me enamoró, me mintió diciendo que estaba divorciado, mis padres me han castigado mucho para que acabe esta relación, PERO NUNCA LES HICE CASO, Ahora creo que tenían razón ESTE HOMBRE NO ERA PARA MI”.

TESTIMONIO Caso 2:

Reina (nombre ficticio) dice: “vengo de una familia donde había mucha violencia física, verbal, psicológica y moral, mi padre era como un animal, golpeaga tanto a mi madre y ella nunca se quejaba, mis hermanitos y yo nos escondíamos mientras él la golpeaba, temíamos que también nos agreda a nosotros, por eso, en mi ignorancia o en mi ilusión, en cuanto apareció el primer hombre en mi vida, me aferré a él y decidí casarme enseguida, apenas tenía 14 años, pensé que era una buena salida, sin embargo nunca fui feliz, mi esposo siempre me ha agredido, nunca me ha valorado, a veces me ha golpeado, y también a veces me ha abusado sexualmente (acabo de enterarme que tener sexo con su esposo, no es obligatorio, sino debe ser de mutuo acuerdo, pero no me puedo negar a mi esposo, porque luego se enoja y me acusa que seguro ya tengo otro y por eso me mezquino a él”.

Sigue: “una ocasión fue tan grave la golpiza que me dio que mi padre tuvo que defenderme, a partir de entonces mi padre tiene prohibido entrar a mi casa, mi esposo se lo advirtió, tampoco yo los puedo visitar, como dicen, en este caso, el remedio fue peor que la enfermedad, ahora ya no tengo donde correr a pedir auxilio, ni donde desahogarme, estoy cansada de sufrir, quiere acabar con esta relación”.

TESTIMONIO Caso 3:

Eliza (nombre ficticio) dice: “enamoramos 3 años, parecíamos hechos el uno para el otro, nos casamos, pero desde el principio he sufrido maltrato verbal y psicológico de parte de mi esposo, el cual es muy machista, él viene de una familia numerosa, con una educación muy distinta a la mía (que fui educada con muchos valores morales y sociales), una familia donde siempre hubo unidad, responsabilidad, respeto, solidaridad, etc., valores que en mi vida matrimonial; según mi esposo; son una MIERDA, por otra parte él es poco cariñoso, le gusta derrochar la plata, es poco ambicioso, etc., pero lo que más me duele es que poco a poco, ha ido aplastándome como persona, humillándome como mujer, tratando de impedir mi crecimiento como persona y como profesional”. Resulta, dice: “ambos somos profesionales (ingenieros comerciales), él trabaja en una institución pública importante, en unpuesto de mucha responsabilidad y, por supuesto, gana muy bien, hasta ahí todo bien; pero a mi no me deja ejercer mi profesión, él decidió que me quedara en casa a cuidar de la familia y esto no me corre, el tema es la forma como me lo ha impuesto, NO FUE MI DECISIÓN, como tampoco lo fue vender hamburguesas, es verdad que el trabajo no deshonra, pero éste es el ejemplo más claro de lo que él piensa de mi y como me ve”.

Sigue: “Resulta que un día cualquiera él llegó con un carrito hamburguesero, yo desconcertada pregunté para que era, entonces él me dijo: es para que vendás hamburguesas, es decir en ningún momento me preguntó si quería hacerlo o no”. “Esto fue muy duro, pero también fue lo único que me hizo reaccionar y aquí estoy buscando apoyo para poder tomar una decisión que me permita recuperar mi dignidad, no será fácil, soy profesional, pero también soy una mujer muy frgil, pido ayuda para no flaquear y hacer lo que tengo que hacer, estoy convencida que este hombre no cambia, ES UN MACHISTA”.

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